viernes, 24 de agosto de 2012

BONOZZO GOZZOLI***EL CORTEJO DE LOS REYES MAGOS


EL CORTEJO DE LOS MAGOS.Obra de Benozzo Gozzoli. Pintor italiano del cuatroccento, entre sus obras sobresalen los fres de la capilla de los Médicis en Florencia de la que presentamos su cortejo.
 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.
 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.
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 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron sus  dones oro, incienso y mirra.
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  BENOZZO GOZZOLI (h. 1420-1497). La Comitiva de los Reyes Magos (Palacio Médici-Riccardi, Florencia, 1459) se concibe como algo decorativo. La composición es rica en pequeños detalles de gran valor visual. Su carácter retardatario en lo formal se suple con la fidelidad de los retratos de los comitentes, la familia Médici. Estas pinturas muestran un espacio artificial, similar al de los tapices.
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                        Procesión de los Magos 
 Autor:Benozzo Gozzoli
 Fecha:1459-61
 Museo:Palacio Médici-Riccardi
 Características:
 Material:Fresco
 Estilo:
La composición realizada por Benozzo Gozzoli en el Palacio Médici muestra el uso de elementos aparentemente contradictorios como son el fondo de paisaje, representado según los convencionalismos del gótico internacional, y los escorzos de los caballos y algunas figuras. Los elementos tradicionales aparecen aquí no como solución arcaizante sino como intento de ambientación histórica de la fecha del acontecimiento.            

En la Capilla de Los Magos, en el Palacio Medici Riccardi, se encuentra el "Cortejo de los Reyes Magos", la obra más conocida de Benozzo Gozzoli, donde el episodio bíblico sirve al artista para representar a numerosos miembros de la familia propietaria del palacio.


Todos los años se celebraba en la ciudad-estado de Florencia el cortejo de los Reyes Magos, un desfile festivo en el que particiba todo el pueblo. Servía para distraer a los ciudadanos de sus problemas, pues en su preparación invertían varias semanas, incluso meses. El desfile estaba organizado por los gremios que se encomendaban a los Reyes Magos y por cofradías como la "Compañía de los Reyes Magos". Sus más selectos miembros se disfrazaban de los Reyes y su séquito, participando el 6 de Enero en el más bello de los desfiles de la época.

Según Maquiavelo los Medicis fueron dueños del poder de Florencia tanto tiempo porque entre otras tácticas ofrecían al pueblo algo que apartase sus pensamientos del estado. Las fiestas y desfiles lo consiguieron en gran medida.

En la obra pueden reconocerse a varios miembros de la familia. El joven Rey lleva el rostro y aspecto de Lorenzo de Medici. A la izquierda podemos ver a su padre, un hombre mayor con un traje oscuro bastante discreto, Cósimo de Medici, rodeado de algunos de sus hijos. Incluso aparece el propio pintor, que es el único personaje identificable con plena seguridad, pues en su gorro aparece la siguiente frase: Obra de Benozzo.
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Sobre Benozzo Gozzoli,
Fue un pintor italiano de finales del siglo XV, discípulo de Fra Angélico y uno de los últimos exponentes de la transición del gótico al pleno renacimiento.
En su obra se aprecia el interés por el detalle (había empezado siendo orfebre, como Botticelli), el colorido brillante, que toma de su maestro Fra Angélico y por los paisajes en sus fondos, que a veces sustituye por escenas arquitectónicas.
Sus obras principales fueron mayormente frescos. Destacan los dedicados a S. Francisco de Asís y algunos pasajes del Antiguo Testamento como La vida de Noé o Salomón y la reina de Saba. Otras obras suyas se encuentran en la capilla de la catedral de Orvieto o en la capilla nicolina del Vaticano.
Su obra más destacada es la que pintó en la capilla del palacio Médici-Ricardi, el gran palacio dedicado a esta familia florentina, que construyó el arquitecto Michelozzo, dando paso a un tipo de palacio que marcó un estilo propio. Tal obra es El cortejo de los Reyes Magos, en la que los Reyes Magos tienen el rostro del patriarca de Constantinopla y el emperador bizantino Juan Paleólogo (esta asimilación la hizo el pintor cuando llegaron ambos personajes al concilio que se iba a celebrar en Ferrara pero que se trasladó a Florencia por la epidemia de peste de aquella ciudad). En el mismo cortejo que acude a visitar al niño Jesús, también incluye a la familia Médici y hasta un propio autorretrato.
Esta obra está inspirada en otra anterior de Gentile da Fabriano.
web.quattrocento@gmail.com  
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Cortejo de los Reyes Magos.

Benozzo Gozzoli.
Palacio Médici-Ricardi. 1459-1461


Una de las pinturas más espectaculares del Primer Renacimiento por su vistosidad y sus dimensiones es la que realiza Benozzo Gozzoli para la Capilla del Palacio Médici (luego Ricardi). Se trata de un encargo noble relacionado con el  mecenazgo que Cosme de Médici hace al arquitecto Michelozzo del propio palacio, pues las pinturas se realizan cuando aún se estaba ultimando el edificio.
Iconográficamente la obra de Gozzoli tiene múltiples aristas que permiten una interpetación variada y rica de la obra. En primer lugar hay que tener en cuenta que la festividad de la Epifanía se celebraba con gran fervor en Florencia y que por ello mismo el día 6 de enero se organizaba un magnífico desfile patrocinado por diferentes gremios y cofadrías encomendados a esta festividad, entre las que destacaba la "Compañía de los Reyes Magos". La relación de la propa familia Médici con la promoción de este tipo de eventos explica en primer lugar la elección del tema, pero también la curiosa representación de los numerosos personajes que aparecen en la pintura, entre los que se distinguen diversos miembros de la familia donante, así como de otros linajes nobiliares florentinos. De esta forma, el tema evangélico se va a convertir en un pretexto para una representación mundana de la sociedad florentina. No acaba aquí la interpretación de la obra, que en una lectura complementaria de la escena quiere hacer referencia a la reciente pérdida de Constantinopla en manos de los turcos (1453), de tal forma que la obra se interpreta como un homenaje póstumo a la unidad de la Cristiandad, de ahí que en la representación de los Reyes Magos aparezcan las figuras de Juan VIII Paleólogo, y probablemente de José, Patriarca de Constantinopla, el primero, presente en la ciudad de Florencia en 1439, siendo además el último emperador en mantener la unidad del imperio frente a los turcos y de conservar la ciudad de Constantinopla.
Todo ello explica la profusión de personajes reales que van apareciendo en el cortejo: en la pared oriental el protagonista es el rey Gaspar, un rey joven que puede identificarse con la figura de Lorenzo de Médici, junto al que aparecen otros ilustres miembros del clan, como su padre Cosme de Médicis, entonces señor de Florencia, vestido con un sencillo traje oscuro, o el hermano de éste, Piero. En la pared meridional se representa al rey Baltasar como un retrato del emperador bizantino Juan VIII Paleólogo, que además complementa la imagen del rey Gaspar, pues si aquel era representación de la juventud, éste lo es de la plena madurez. Finalmente en la pared occidental se representa al rey Melchor, imagen de la senectud (símbolo de la experiencia y la sabiduría), que en este caso está representado probablemente por el retrato de José, Patriarca de Constantinopla, aunque últimamente se ha puesto en duda dicha identidad y se ha sustituido por otros posibles nombres. Junto a ellos se reconocen también otros personajes ilustres entre la multitud, como Galeazzo María Sforza, hijo del Duque de Milán; Sigismondo Pandolfo Malatesta, señor de Rímini; miembros de las grandes familias florentinas; los representantes de la banca Médici de ciudades como Brujas o Roma, y el propio pintor, que se autorretrata con un gorro rojo sobre el que firma "obra de Benozzo".


el rey Baltazar con los rasgos del emperador Juan VIII Paleologo, 

La estructuración de todo el conjunto pictórico también sige un orden establecido, pues el cortejo en su conjunto avanza hacia otra pintura, situada en una cuarta pared, que constituye el eje de toda la representación y que no es otra que la “Adoración del niño” (1460) de Fray Filippo Lippi, hoy en el Staatliche Museum de Berlin.
Desde el punto de vista formal la obra también aporta contenido al comentario pues constituye una curiosa amalgama de elementos innovadores junto a otros relacionados con la tradición de la pintura gótica. En este sentido a Gozzoli se le ha considerado un pintor conservador y poco evolucionado, en lo que también ha tenido que ver el juicio que le mereciera a Vasari, que en sus “Vidas” lo considera un pintor menor. Por ello se le ha valorado como un buen discíplo de Fray Filippo Lippi, pero demasiado apegado al detallismo de la tradición flamenca, o a ciertos recursos y convencionalismos propios del Gótico Internacional.
Con todo y con eso, no parece que esa valoración de Gozzoli sea del todo justa, teniendo en cuenta otras aportaciones que aparecen en la obra y que demuestran su perfecto conocimiento de las últimas novedades de la pintura floretina del momento, que es tanto como decir, de las más novedosas aportaciones del Quattrocento italiano.
En este sentido la obra cuenta en primer lugar con una composición en serpentina, que se adapta perfectamente al sentido procesional del cortejo y que tiene por tanto un ritmo compositivo idóneo, que además contribuye a la sensación perspectiva; los escorzos de algunas figuras son innovadores; como lo es igualmente la introducción de actores reales en la representación de un tema bíblico; también por tanto el concepto de retrato colectivo, con abundancia de figuras además, algo muy poco frecuente con anterioridad; así como el carácter anecdótico de la narración, que supera el mero detallismo gótico.

Los tres santos reyes. Gozzoli, con el gorro rojo (autorretrato)


Si junto a estos valores aparecen otros que parecen una rémora del pasado, como el empleo de oros, el paisaje sucedáneo, de rocas acartonadas, más como un decorado escénico que como entorno naturalista, y la perspectiva de registros superpuestos al modo del Gótico Internacional, responde a una razón concreta, que nada tiene que ver con un carácter conservador de este pintor. En palabras de Víctor Nieto Alcalde, si como hemos apuntado anteriormente, el cuadro es un homenaje a la antigua unidad de la cristiandad, lo que pretende Gozzoli en esta obra es reconstruir con un criterio historicista esa etapa anterior a la pérdida de Constantinopla, razón por la cual emplea esos recursos y convencionalismos del periodo artístico anterior. Lo cual en sí mismo es también un valor novedoso e innovador de la pintura en su aspecto narrativo.
La pintura por lo demás resulta espectacular por sus dimensiones, la precisión de la línea (en la que se deja sentir la influencia de su maestro Lippi), la nitidez de las escenas, la luminosidad de todo el conjunto, con la proyección de una luz cenital igualmente nueva, y la utilización del color, predominando tonos azules de gran intensidad, rojos y verdes, que aparte de ser los colores representativos de la familia Médici, se van a convertir en las tonalidades más utiizadas (con el mismo criterio de armonía y equilibrio cromático que emplea Gozzoli) en la pintura del Quattrocento.
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Juan Paleologo, patriarca de Constantinopla

Juan VIII Paleólogos, como el rey Baltasar
De aquella tabla, y, probablemente también, del recuerdo que sobre Gozzoli debió dejar, cuando era un joven de unos veinte años, la triunfal entrada del penúltimo emperador bizantino, Juan VIII Paleólogos, y el Patriarca José de Constantinopla, en Florencia en 1439, con motivo de la celebración del Concilio que había de tratar de la reunión de las Iglesias católica y ortodoxa, tomaría Gozzoli la idea de su representación. Sin duda, ese es uno de los grandes aciertos de la obra: convertir un asunto piadoso en la representación de una crónica cortesana destinada a manifestar el lujo y poder de la familia Médicis. Una manera de representarlo que, por las profusas descripciones y el detallismo de las pinturas, está mucho más cerca de las narraciones de los Evangelios apócrifos, que de los austeros pasajes del Evangelio de San Mateo (Otero Rejón, "Los adoradores adorados. Los Tres Santos Reyes de Tizimín"). 
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Benozzo_Gozzoli_Cappella_dei_magi_lorenzo_il_magnifico.

. El rey aparece como un joven soberano, para muchos historiadores Gozzoli está representando a Lorenzo, el hijo de Cósimo de Medici, el jefe de la familia en ese momento; aunque los rasgos no se corresponden con retrato posteriores de Lorenzo, hay que tener en cuanta que la fecha en la que se pinta es aun un niño con las facciones sin definir, por lo que Gozzoli hace un posible retrato de como será en un futuro (bastante idealizado por cierto)La intención es señalar el nacimiento de una nueva dinastía, que evidentemente tiene el objetivo de hacerse con el control definitivo de la ciudad de Florencia. Detrás de la figura a caballo del rey el cortejo se amplia, presidido por Cósimo y Piero de Medici, con un amplio séquito de acompañantes, entre los que destacan Segismondo Malatesta y Galeazzo Sforza., y donde se incluyen también filósofos del momento como el humanista Marcilio Ficino, y el autorretrato del propio Benozzo Gozzoli, con la leyenda en su tocado. Se prolonga hacia un paisaje montañoso, en el que se divisan a lo lejos las murallas de algún castillo, y se suceden escenas de caza.

Benozzo-Gozzoli-pintura-melchor-rey-mago.


Gozzoli, Benozzo Gozzoli, Benozzo
Nacionalidad: Italia
Florencia 1420 - Pistoia 1497
Pintor
Estilo:
Escuela:


Obras: 1
Benozzo di Lesse, que era su nombre de pila, se inicia en el arte de la orfebrería primero y luego se decanta por la pintura. Estando en Florencia trabajó con Ghiberti, más tarde en la Ciudad Eterna entró en contacto con Fra Angelico. De su producción destaca El Cortejo de los Reyes Magos que ejecuta para la capilla del palacio de los Médicis en Florencia. En los frescos que cubren los muros de este espacio recurre a escenas que evidencian la influencia de los pintores florentinos. Para la ejecución de esta obra se inspiró en una pintura sobre tabla de Gentile da Fabriano que abordaba el mismo asunto. En esta obra, los Reyes Magos, representados con ricos ropajes, cabalgan hacia el encuentro con el niño. Pero lo más significativo es la comitiva que acompaña a los magos de Oriente, formada por los personajes más representativos de la sociedad, en su mayoría miembros de la familia Médicis. En el análisis de esta composición es importante resaltar como el autor llega a transformar una escena de índole religiosa en un tema social. En lo que se refiere al paisaje cabe añadir que todavía denota reminiscencias medievales. A partir de 1463 comienza a trabajar en las Escenas de la Vida de San Agustín en San Gimignano que concluye en 1467. Un año después, inicia las Escenas Bíblicas del Camposanto de Pisa, donde trabaja hasta 1484. De su producción sobre tabla son dignas de mención Virgen entre ángeles y Santos que conserva la National Gallery de Londres y Virgen con Niño de San Gimignano. De su maestro Fra Angelico adopta el gusto por el detalle y los colores brillantes, aunque no reproduce sus fondos místicos. La maestría con que describe sus representaciones permitió que se convirtiera en uno de los artistas más admirados de la época.        

    

1 comentario:

Anónimo dijo...

bien évidemment, comme isthar-mitologia.blogspot.ru cependant vous avez besoin de tester l'orthographe sur plusieurs de vos messages. Un certain nombre d'entre eux sont en proie à des problèmes d'orthographe et j'ai trouver qu'il est très difficile de raconter la réalité pourtant je vais certainement revenir.